Rehabilitación de edificio modernista para sede social

Valencia 1988-1993

 

Breve introducción:

“El gusto de la burguesía moderna, libre de prejuicios y entusiasta del progreso industrial al que considera como un privilegio espiritual suyo que comporta ciertas responsabilidades sociales “.

Así define el historiador italiano Giulio Carlo Argan  a las corrientes artísticas que aparecen en muy concretos países de Europa en la última década del S.XIX y la primera del S.XX y que suponía una reacción al academicismo caduco, incapaz de dar una respuesta a los problemas sociales y urbanos que la progresiva industrialización de los países planteaba.

Esta actitud engloba las versiones que llegan hasta nosotros con diferentes denominaciones y caracteres como Art-Noveau belga o francés, el Liberty del Norte de Italia, el Modernismo catalán o la Sezession Vienesa.

En cuanto al Modernismo Valenciano, cabe destacar dos importantes influencias:

Por un lado el peso específico que la Sezession Vienesa tiene en cierto grupo de arquitectos. Los ejemplos más representativos serían la Estación del Norte de Demetrio Ribes y la casa de Cirilo Amorós-Pizarro de Vicente Ferrer.

El segundo grupo, al que pertenece el edificio objeto de este comentario es el que muestra una clara influencia del Art-Noveau, belga o en especial el francés, junto a  ciertas corrientes del Modernismo catalán.

 

El Edificio:

Peris Ferrando (1872-1934) lleva a cabo sus estudios en la escuela de Arquitectura de Barcelona donde alcanza  el título de arquitecto en 1898.

Instalado en Valencia conjuga los elementos del nuevo estilo junto con un lenguaje neogótico que utiliza en los edificios religiosos que construye.

En el tema de la vivienda se emplea a fondo en la elaboración del modernismo de tendencia Art-Noveau cuyo fruto más brillante es sin duda el edificio que nos ocupa.

En él, se toman literalmente los temas florales, el “coup de fouet”, del “Art-Noveau”, en cuya síntesis logra uno de los resultados más interesantes en esta corriente.

En general esta temática se utiliza sólo en viviendas de alta burguesía no utilizándose en edificios públicos hasta más tarde  como en los Mercados de Colón y Central.

Muchas de sus obras han sido por desgracia demolidas pero, aparte el tema que nos ocupa, tenemos constancia de su buen hacer en la casa de la plaza de Almoyna; en dónde con la técnica del esgrafiado,(de ahí que se le denomine casa del Punt de Gantxo), anuncia la madurez y soltura en el uso del repertorio modernista que manifestará en la fachada de la Gran Vía a  pesar de las dudas en su utilización (recordemos la fachada posterior del edificio, recayente a la Pza. del arzobispo, en lenguaje neogótico).

El edificio, cuyo primer proyecto se plantea un estilo neogótico diremos que se proyectó en 1906, siendo el final de obra en abril de 1907. Su costo fue de 320.000 pts y la superficie de solar 453,38m2.  Consta de sótano, planta baja,  piso principal, con la diferenciación jerárquica característica de la época que se arrastra desde el S. XIX y que irá desapareciendo conforme avancen las décadas del S.XX, dos plantas de pisos, un ático, y una torre soporte de un depósito de agua.

Las ménsulas que soportan los miradores del piso principal son metálicas y dejadas vistas en un tímido intento de relacionarse con manifestaciones similares de la misma época.

Tanto el ático retranqueado como los altillos de la cubierta son elementos manipulados a posteriori  que exhiben una inhibición frente al lenguaje del edificio. Así a la terraza se abren amplios huecos rectangulares y en la torre-depósito se utiliza un lenguaje neo-barroco.

 

Criterios de Intervención:

La fachada principal y escalera se restaura, a base de restitución mediante moldes  de  los elementos florales desprendidos. Los tonos de pintura utilizados hacen destacar sobre el fondo los detalles y elementos florales que se funden sobre el soporte creando esas arborescencias que se observan en algunos edificios art-noveau.

La idea de la cristalera que remata típicamente las escaleras modernistas, se retoma de forma que comunique espacialmente la escalera original el resto de anexiones horizontales o verticales, intentando sintetizar ese planteo espacial Art-Noveau, pero realizado en lenguaje actual.

Se trata de una actuación con un lenguaje actual claro, racionalista, que acoja conceptos del edificio en el que se actúa (cristalera de remate de elementos verticales, torre, acristalamiento tipo galería en fachada posterior) dejando al mismo tiempo clara la frontera entre lo llevado a cabo en 1907 y lo realizado ahora.

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Arquitecto Proyecto: Manuel Portaceli.

Arquitectos Dirección: Manuel Portaceli./ Juan José Estellés.

Empresa constructora: Construcciones Serrano, S.A.

Promotor: Construcciones Serrano, S.A.

 

Bibliografía:

– Arquitectura del S.XX en Valencia. Colección Formas Plásticas. Institució Alfons el Magnànim. Diputació de Valencia. Valencia. Edición a cargo de: Amando Llopis y Sonia Dauksis,  2001.

– “Manuel Portaceli: Arquitecturas 1971-2001”. TC Cuadernos nº 50.  2002. pág. 148

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Rehabilitación de edificio modernista para sede social

Valencia 1988-1993

 

Breve introducción:

“El gusto de la burguesía moderna, libre de prejuicios y entusiasta del progreso industrial al que considera como un privilegio espiritual suyo que comporta ciertas responsabilidades sociales “.

Así define el historiador italiano Giulio Carlo Argan  a las corrientes artísticas que aparecen en muy concretos países de Europa en la última década del S.XIX y la primera del S.XX y que suponía una reacción al academicismo caduco, incapaz de dar una respuesta a los problemas sociales y urbanos que la progresiva industrialización de los países planteaba.

Esta actitud engloba las versiones que llegan hasta nosotros con diferentes denominaciones y caracteres como Art-Noveau belga o francés, el Liberty del Norte de Italia, el Modernismo catalán o la Sezession Vienesa.

En cuanto al Modernismo Valenciano, cabe destacar dos importantes influencias:

Por un lado el peso específico que la Sezession Vienesa tiene en cierto grupo de arquitectos. Los ejemplos más representativos serían la Estación del Norte de Demetrio Ribes y la casa de Cirilo Amorós-Pizarro de Vicente Ferrer.

El segundo grupo, al que pertenece el edificio objeto de este comentario es el que muestra una clara influencia del Art-Noveau, belga o en especial el francés, junto a  ciertas corrientes del Modernismo catalán.

 

El Edificio:

Peris Ferrando (1872-1934) lleva a cabo sus estudios en la escuela de Arquitectura de Barcelona donde alcanza  el título de arquitecto en 1898.

Instalado en Valencia conjuga los elementos del nuevo estilo junto con un lenguaje neogótico que utiliza en los edificios religiosos que construye.

En el tema de la vivienda se emplea a fondo en la elaboración del modernismo de tendencia Art-Noveau cuyo fruto más brillante es sin duda el edificio que nos ocupa.

En él, se toman literalmente los temas florales, el “coup de fouet”, del “Art-Noveau”, en cuya síntesis logra uno de los resultados más interesantes en esta corriente.

En general esta temática se utiliza sólo en viviendas de alta burguesía no utilizándose en edificios públicos hasta más tarde  como en los Mercados de Colón y Central.

Muchas de sus obras han sido por desgracia demolidas pero, aparte el tema que nos ocupa, tenemos constancia de su buen hacer en la casa de la plaza de Almoyna; en dónde con la técnica del esgrafiado,(de ahí que se le denomine casa del Punt de Gantxo), anuncia la madurez y soltura en el uso del repertorio modernista que manifestará en la fachada de la Gran Vía a  pesar de las dudas en su utilización (recordemos la fachada posterior del edificio, recayente a la Pza. del arzobispo, en lenguaje neogótico).

El edificio, cuyo primer proyecto se plantea un estilo neogótico diremos que se proyectó en 1906, siendo el final de obra en abril de 1907. Su costo fue de 320.000 pts y la superficie de solar 453,38m2.  Consta de sótano, planta baja,  piso principal, con la diferenciación jerárquica característica de la época que se arrastra desde el S. XIX y que irá desapareciendo conforme avancen las décadas del S.XX, dos plantas de pisos, un ático, y una torre soporte de un depósito de agua.

Las ménsulas que soportan los miradores del piso principal son metálicas y dejadas vistas en un tímido intento de relacionarse con manifestaciones similares de la misma época.

Tanto el ático retranqueado como los altillos de la cubierta son elementos manipulados a posteriori  que exhiben una inhibición frente al lenguaje del edificio. Así a la terraza se abren amplios huecos rectangulares y en la torre-depósito se utiliza un lenguaje neo-barroco.

 

Criterios de Intervención:

La fachada principal y escalera se restaura, a base de restitución mediante moldes  de  los elementos florales desprendidos. Los tonos de pintura utilizados hacen destacar sobre el fondo los detalles y elementos florales que se funden sobre el soporte creando esas arborescencias que se observan en algunos edificios art-noveau.

La idea de la cristalera que remata típicamente las escaleras modernistas, se retoma de forma que comunique espacialmente la escalera original el resto de anexiones horizontales o verticales, intentando sintetizar ese planteo espacial Art-Noveau, pero realizado en lenguaje actual.

Se trata de una actuación con un lenguaje actual claro, racionalista, que acoja conceptos del edificio en el que se actúa (cristalera de remate de elementos verticales, torre, acristalamiento tipo galería en fachada posterior) dejando al mismo tiempo clara la frontera entre lo llevado a cabo en 1907 y lo realizado ahora.

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Arquitecto Proyecto: Manuel Portaceli.

Arquitectos Dirección: Manuel Portaceli./ Juan José Estellés.

Empresa constructora: Construcciones Serrano, S.A.

Promotor: Construcciones Serrano, S.A.

 

Bibliografía:

– Arquitectura del S.XX en Valencia. Colección Formas Plásticas. Institució Alfons el Magnànim. Diputació de Valencia. Valencia. Edición a cargo de: Amando Llopis y Sonia Dauksis,  2001.

– “Manuel Portaceli: Arquitecturas 1971-2001”. TC Cuadernos nº 50.  2002. pág. 148