Valencia 1979-1993
Breve introducción histórica.
El edificio de las Atarazanas del Grao de Valencia se encuentra en dicha barriada marítima separada del mar (puerto) por una hilera de casas de nueve plantas construidas en los últimos cuarenta años que le han quitado la comunicación natural que, por la función originaria del monumento, lo vinculaba al mar privándole, por otra parte, de la hermosa vista que desde el puerto ofrecía, como se observa en los grabados del s. XVIII del estudio de Cabanilles sobre la ciudad de Valencia.
Su construcción se remonta al 27 de agosto de 1338 cuando el Consejo de la Ciudad, a raíz de una solicitud del Rey Pedro el Ceremonioso para la construcción de unas galeras, acordó construir una casa en la que «velas, remos, (…), puedan guardarse convenientemente», constando en Agosto de 1391 su terminación.
En reunión de dicho Consejo, en noviembre de 1409 encarga a Francesc de Tona, cantero de Valencia, la construcción de un «bell portxe» con tres arcos de piedra para completar la obra, insistiendo no solo en su belleza sino en su utilidad ya que, indica, protegería las mercancías que depositaban los barcos siendo obra «provechosa y conveniente al honor de la ciudad». Según Almela y Vives esta intervención no se llevó a cabo.
Durante el siglo XVI se tienen noticias de numerosas reparaciones de las Atarazanas. En 1512, el 16 de noviembre un inventariado realizado, nos permite deducir dos partes en el edificio. Una interior donde estaban comedores y estudios con su mobiliario y una parte abierta, el porche, donde se almacenaba material.
En 1687 se rehacen las cubiertas de las Atarazanas así como las canales estropeadas. En 1802, las Atarazanas pasan a manos de la Real Hacienda, para satisfacer la deuda que la ciudad tenía con ella, que las utiliza como almacén de sal. A partir de entonces la conservación y mantenimiento del monumento caen en el olvido.
El 9 de septiembre de 1840 se privatiza la propiedad del Monumento, las cinco naves de que consta, separadas por macizado de los arcos transversales sufren diversas modificaciones debido a la diversidad de usos. Almacén, sala de cine, viviendas, oficinas, talleres de fundición y de maquinaria naval son las diferentes funciones a las que se somete el monumento con las alteraciones y agresiones implícitas en usos tan dispares.
El 24 de noviembre de 1949, las Atarazanas son declaradas Monumento Histórico Artístico de carácter Nacional.
En 1980 el Ayuntamiento de Valencia comienza el proceso de expropiación del monumento a la vez que el Ministerio de Cultura se compromete a su restauración.
El monumento: descripción, intervenciones y estado del mismo en 1990.
El conjunto consta de 5 grandes naves adyacentes de planta, sensiblemente rectangular de una longitud de 49,50 m. y anchura media de 13,20 m. Las naves están determinadas por 9 arcos longitudinales de perfil apuntado y construidos en ladrillo. Estos arcos apoyan sobre pilares comunes a dos naves excepto en los lados norte y sur que lo hacen sobre contrafuerte. Los de la fachada sur están absorbidos por el muro de cerramiento, los del lado norte quedan visibles y son del mismo espesor que los arcos a que sirven de apoyo. La forma de las naves se halla completada por 8 arcos transversales a cada lado que ponían en comunicación unas naves con otras, las cinco cubiertas son a dos aguas, de teja moruna en origen. Las aguas pluviales se recogen en unas gárgolas de piedra caliza que en su parte inferior poseen esculpido el escudo de la ciudad. Estos elementos se han conservado hasta nuestros días tanto en la fachada principal como en la posterior.
Las intervenciones llevadas a cabo en el edificio de 1979 a 1984, consisten en tres proyectos de bajo presupuesto a cargo del Ministerio de Cultura, y una ampliación del tercero a cargo de la Conselleria de Educación y Ciencia de la Generalidad Valenciana, se han centrado en las tres primeras naves recayentes al lado Sur.
Dichos proyectos investigan las fábricas del edificio, añadidos, alteraciones etc., estableciendo los problemas del mismo y propiciando un orden y unos criterios de intervención.
En resumen: se comenzó en 1989, por el cambio de cubierta de la primera atarazana (lado Sur) con desmontaje y montaje de la misma, restituyendo la carpintería de taller en mal estado, el tablero cerámico, tejas, etc.
Arcos diafragma formeros y transversales de la primera nave y seis de la segunda y tercera se rehabilitan en proyectos posteriores, eliminando capas de pintura, puentes-grúa que taladraban los arcos, retaqueando la cerámica alterada.
Alteración de gran parte de las cubiertas con la introducción de las cerchas metálicas y creación de altillos en algunas naves, elevación del nivel del suelo, instalación de un cine con palcos apoyados en los transversales, etc., etc.
Las pequeñas intervenciones permiten delimitar un cuadro de patologías que se irán resolviendo y que se cierra con la última intervención que sin embargo no cubre la resolución de un problema aparecido en 1990, por tanto, no incluido en el último proyecto, y que vale la pena mencionar por sus características.
A la primera atarazana, resuelta en su interior en estas primeras intervenciones, se le aplicó un tratamiento antihumedad a base de electro-ósmosis, electro-foresis cuyos positivos resultados movió a generalizarlo al conjunto del edificio.
Durante el cierre del edificio de 1985 a 1990, algunos desaprensivos entran en el edificio y entre las huellas que dejan se observó como habían cortado todos los cables de la instalación antihumedad.
El resultado es la disgregación de los morteros utilizados en la restauración de la primera nave y el ataque de las estructuras de madera, que aunque tratadas contra xilófagos sufren una acción química, según análisis recientes, que va descomponiendo las piezas de madera.
En el proyecto de 1990, no se contempla la restauración de ésta cubierta aunque si podemos introducir el tratamiento y reposición de los deteriorados morteros y de la instalación antihumedad que se generaliza al conjunto del monumento.
Así pues se puede decir que el proyecto de 1990, contempla el conjunto del edificio como se explica en el punto siguiente, a falta de la necesaria reparación de la cubierta de la primera atarazana, agredida salvajemente en el período de paralización del proceso de restauración, con efectos de cristalizaciones producto del salitre (además de su proximidad al mar, el edificio fue almacén de sal durante décadas).
Criterios de intervención.
La idea básica de esta restauración es «dejar hablar al edificio». Los arcos diafragma con el espacio que propician es la pequeña y gran clave de la intervención. Es el fruto de años de reflexión y el mínimo necesario, a nuestro entender, para que el monumento manifieste toda su riqueza
La intervención en las Atarazanas de Valencia se plantea a partir de la decidida recuperación del espacio gótico que definen las cinco naves comenzadas a construir en siglo XIV, a base de simples, elementales, bellísimos, arcos diafragma de ladrillo, con su tradicional cubierta de madera.
La articulación definida espacialmente por el arco diafragma y sus transversales de arriostramiento es el elemento cuya repetición da lugar a la rica secuencia espacial que proporciona el monumento, una vez liberado de los añadidos, producto de las agresiones que padece desde que pasa a manos privadas en 1840.
Toda la obra, los elementos, el porche, las cristaleras, las carpinterías buscan hacer hincapié en su simplicidad y, con sus transparencias, en el tema abstracto que entendemos desde la mentalidad de hoy, el espacio gótico, su potencia, su razón de ser y también su magia.
Restitución del espacio interior: la limpieza y sustitución de piezas cerámicas en los arcos existentes, la construcción de los demolidos conforme se indica en planos y la demolición de los rellenos de arcos, junto a la restitución de las cubiertas no restauradas permiten recuperar el impresionante espacio gótico de 45 arcos diafragma formeros, y los 32 transversales que los comunican.
Esta sucesión de usos dispares provocó la demolición de dos arcos diafragma. Uno, sacrificado cuando se construye un altillo de oficinas en el taller de fundición instalado en una de las naves. El segundo, en fachada, al construir una vivienda de dos plantas en las primeras crujías de otra de ellas.
Desde el punto de vista proyectual la recuperación del espacio gótico propicia la reconstrucción, posible hoy en día, de dichos arcos con las técnicas tradicionales de los existentes. Arcos de ladrillo, cimbras y relleno de hormigón ciclópeo.
Las fachadas principal (Este) y posterior se limpian y restituyen eliminando los remates y demás elementos añadidos lo que permite observar al exterior la estructura que informa el conjunto.
En la fachada principal la actuación implica la demolición de los elementos que configuraban la fachada de la industria instalada en las tres primeras, la vivienda y su fachada en la cuarta.
El relleno de los vanos de los arcos correspondientes a la fachada principal y posterior se realiza con el mismo tipo de ladrillo manual de 30x15x3 cm. pero con llaga enrasada de 1,5 cm. En la fachada Oeste, creando ventanas verticales cerradas con una cristalera-reja de perfiles en frío pintados. En la fachada principal, para crear un espacio protegido en el acceso, se retira el cerramiento a la segunda crujía. El mismo tipo de muro se construye hasta el arranque de los arcos. A partir de él una reja vidriera cierra todo el hueco del arco formero, estableciendo una transparencia visual que integre la primera crujía destinada a porche.
En los testeros posteriores y por exigencias de evacuación, se instalan puertas de emergencia, enmarcadas por una «U» de hormigón armado visto, que surge del ladrillo del muro de cierre, protegiendo el espacio de salida de su introducción directa en la estrecha calle posterior.
El acceso se lleva a cabo en la segunda nave (empezando por el lado Sur) mediante grandes puertas correderas horizontales de madera que dan paso a doble puerta acristalada. Todo ello contenido, como en las salidas de emergencia, en una «U» de hormigón blanco visto.
Para subrayar el acceso se aplaca el vano del arco con caliza travertínica (la usual en los monumentos de la ciudad) en evocación del «bell portxe» de piedra con el que la ciudad quiso enriquecer el edificio en 1409 y que nunca se ejecutó.
Los materiales de los cerramientos, son de carácter industrial como la función originaria del edificio. Cristalera a base de perfiles metálicos en frío, pintados. Puertas de emergencia y servicio (entre dos contrafuertes del frente Norte) en perfil y chapa metálica pintados.
Restaurado el edificio, el Excelentísimo Ayuntamiento de Valencia colabora para su resolución total.
Como consecuencia de esta colaboración se lleva a cabo el pavimentado que se realiza a base de losas de piedra de Borriol cortada a sierra. Dicho pavimento, a modo de tapiz, no se entrega al monumento dejando un foseado perimetral en los muros y bases de arcos originales.
Ante la falta de definición de usos del espacio rehabilitado, se dota al edificio de una iluminación ambiental general y una malla de infraestructura eléctrica, debajo del pavimento, a la que se accede a través de unas pequeñas placas rectangulares de acero atornilladas al mismo que permiten la conexión de elementos de iluminación aptos para diversas instalaciones, sean “boxes”, vitrinas, etc…
Para no alterar la unidad y secuencias del espacio arquitectónico gótico recuperado, se preveía centralizar todas las instalaciones, así como servicios del edificio (tienda, aseos, servicios personal) en un pabellón anexo que servirá para configurar el límite de una plaza a construir delante del edificio y que consiste básicamente en la prolongación del pavimento interior hasta el citado pabellón que se convierte en elemento delimitador.
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Arquitecto Proyecto y Dirección: Manuel Portaceli .
Arquitecto Técnico: Alfredo Paredes Agulló.
Colaboradores: Consellería de Cultura de la Generalidad Valenciana. / Excelentísimo Ayuntamiento de Valencia.
Empresa constructora: Dragados y Construcciones, S.A..
Promotor: Ministerio de Cultura.
Fotografías: Pepa Balaguer
Premios:
– Premio Rehabitec’94 Institut Tecnològic de Catalunya. Barcelona,1994.
– Premio Territorio y Vivienda. Valencia,1994.
– Premio Fibes a la Rehabilitación. Sevilla,1994.
Bibliografía:
– Insausti,P./Llopis,A.: La Arquitectura de los Ochenta en la Comunidad Valenciana, en el Arte Valenciano en la década de los ochenta. Valencia. Asociación Valenciana de Críticos de Arte,1991.
– «Las Atarazanas de Valencia». Rehabilitación nº 1.1994, pág.4.
– “Restauración de las Atarazanas de Valencia” Muestra de Arquitectura Española 1991-1993. Madrid. M.O.P.U. 1994, pág. 97.
– «Rehabilitación del edificio de las Drassanes de València». ON Diseño nº 167.1995, pág.188.
– “Rehabilitación de las Atarazanas de Valencia». TC,Cuadernos nº 27. 1995, pp.74-76.
– Guía de Arquitectura España 1920-2000. Madrid. Ministerio de Fomento y Tanais, 1998, pág. 321
– Arquitectura del S.XX en Valencia. Colección Formas Plásticas. Institució Alfons el Magnànim. Diputació de Valencia. Valencia. Edición a cargo de: Amando Llopis y Sonia Dauksis, 2001.
– “Manuel Portaceli: Arquitecturas 1971-2001”. TC Cuadernos nº 50. 2002. pág. 74
– Vía Construcción, nº 43 Abril. 2007. pag. 52
– El museo se adapta a la ciudad. La ciudad cambia con sus museos. Madrid. Amigos de los museos, marzo, 2007. pág. 10-14